Durante la misión Apolo XI, la NASA provocaba una demora de 2 minutos en la comunicación que se producía entre el modulo lunar y el centro de control de Houston, antes de transmitir la señal a las estaciones de televisión. Estos minutos le daba tiempo suficiente a la NASA para censurar el mensaje original recibido y emitir solamente aquello que consideraban apto para ser divulgado al mundo entero.
Por fortuna, muchos radioaficionados captaron la onda con la que se transmitían las comunicaciones entre la base y el Apolo, confirmando lo que realmente vieron los astronautas en nuestro satélite natural: "alguien" estaba allí antes que ellos.
Los astronautas a su regreso a la Tierra fueron informados que todo lo que habían visto estaba clasificado como altamente secreto y fueron obligados a mentir ante la prensa.
El doctor de la Vladimir Azhazha, quien trabajo para la NASA, declaró:
"Neil Armstrong comunicó que dos grandes y misteriosos objetos estaban observándolos después de que hubiera saltado a la superficie del satélite, cerca del módulo lunar. Pero este mensaje nunca se hizo público. La NASA lo censuró"